jueves, 23 de octubre de 2008

The Cabriolets llegan al panorama musical con una apuesta ecléctica, moderna y original


Sara G. Armas / MADRID

La moda puede resultar algo estresante por lo que no es de extrañar que los creadores busquen otras vías para dar vía libre a sus inquietudes. Así el cincuenta por ciento de Davidelfín: Bimba Bosé y Diego Postigo, junto a David Unison, se han embarcado en una aventura musical bautizada The Cabriolets.

El grupo ha conseguido sonar gracias a unas cuantas canciones colgadas en MySpace, esa plataforma en la que los artistas avanzan sus trabajos mientras se cuecen en el horno.

La polifacética modelo Bimba Bosé es la cara visible y la voz de The Cabriolets, el grupo que con su álbum ‘Demo’ -grabado en New York bajo el auspicio del productor Andrés Lenvin- un cóctel de música urbana que sabe a pop, rock, soul, rythm & blues y algún resquicio electrónico, aspira a ganarse un hueco como banda más allá de la curiosidad inicial y de la inevitable etiqueta de 'el grupo de Bimba'.

La notoriedad de la modelo es para el grupo, que dio sus primeros pasos hace tres años, un arma de doble filo: la puerta de entrada de quienes se acercan a su música "por curiosidad" y, también, el principal escollo para demostrar que, en su caso, se trata de un triángulo equilátero, aquel en el que todos sus lados son iguales.

No obstante, el trabajo de The Cabriolets salió a la venta el pasado 14 de octubre, fecha de satisfacción para todos aquellos que quedaron gratamente sorprendidos en alguno de los numerosos encuentros musicales que este cojunto lleva meses ofreciendo, como la ineludible cita de la ‘Noche en Blanco’ de Madrid, en el Matadero de Legazpi.

Su carta de presentación al público es el tema 'Poco a poco', una canción pegadiza que recuerda demasiado al r&b estadounidense, con más trabajo de producción que de creatividad, con el objeto de fabricar ritmos comerciales que revienten las listas de ventas. No obstante, la voz nítida, sin artificios, pero con una amplia gama de colores de Bimba Bosé, proporciona una pincelada de autenticidad al tema. La versión en inglés de ‘Poco a poco’, titulada ‘Essencial’ se grabó con tonos más agudos y un timbre más relajado.


Por el contrario, el resto del disco está compuesto por melodías secillas y agradables sin pretensiones, con un toque chill-out. Con ‘About Love’ o ‘Time’, The Cabriolets nos transportan a un renovado ‘new age’; aderezado con la voz suave y dulce, a veces melosa, de Bimba.

Asimismo, en ‘Magic touch’, ‘Let put words to’ o ‘’Let me talk to you’, Bimba saca a relucir la variedad de texturas de su voz, como complemento ideal a estas melodías rítmicas y simples, pero deliciosas, cercanas al soul, en su vertiente más vital y optimista. Además, en ‘Let me talk to you’, esta vitalidad está reforzada con la pureza de una guitarra acústica.

Las tonalidades más graves de la voz de Bimba, y un timbre más sincero y aterciopelado dan color a las joyas de ‘Demo’, que son los temas ‘Taxi’ y ‘Hysterical’ y ‘Holding’, que destacan por la elegancia y sobriedad del soul en estado puro, con sus dosis de nostalgia provocadas por los acordes de viento metal.

Si te han gustado como suenas estas dos canciones del album 'Demo' de The Cabriolets, puedes comprar el CD pinchando aquí.

viernes, 17 de octubre de 2008

La aventura y el misterio de la última novela de Savater se alzan con el Premio Planeta 2008


SARA G. ARMAS / Madrid

El que la sigue la consigue. Y esto es lo que le ha ocurrido al eterno candidato al
Premio Planeta, al filósofo, escritor y articulista, Fernando Savater, quien esta misma semana se ha hecho por fin con el galardón más prestigioso en el mundo literario español, dotado con nada despreciables 600.00 euros.

La culpable del triunfo de Savater fue la novela detectivesca, ‘La hermandad de la buena suerte’, que el escritor donostierra presentó bajo el seudónimo de Patricio, con el nombre de ‘La curva del Pardo’. El escritor ya fue finalista con ‘El jardín de las dudas’ en 1993, año en el que Vargas Llosa resultó victorioso.

Hay que reconocer un mérito a Savater, y es que su obra no se centra en guerras, -ni en la de Troya, ni en la Guerra Civil Española, ni en la II Guerra Mundial-; y tampoco versa sobre la simbología oculta de las catedrales, el Santo Grial o las comunidades masonas, asuntos que han copado las listas de los best-sellers de los últimos años, desde el boom de 'El código Da Vinci'.

La hermandad de la buena suerte’ es una novela “de ficción, sin pretensiones realistas o históricas”, según palabras del artífice de la misma. La trama arranca con la desaparición de un jinete, antes de una importante carrera de caballos –afición confesada del autor- , en la que dos magnates se juegan su honor en el plano de las apuestas, empecinados en engrosar su ego a costa de las victorias de unos animales domesticados para ser los más rápidos.

Sin embargo, las aventuras y otros ingredientes de la novela policiaca no son los únicos atractivos de esta novela, que está aderezada con una dosis de metafísica y citas filosóficas, avaladas con la extensa bibliografía y formación académica del pensador en la materia. Asuntos de cariz trascendental como ¿qué es la buena suerte? o ¿cuál es el sentido de la vida? se cuelan entre las páginas de esta apasionante trama.

En la recogida del premio, Savater aseguró que hay muchas similitudes entre el método detectivesco y el filosófico. Si se añade el universo de los caballos de carreras y las aventuras, la conjunción no puede ser más savateriana.




Con Savater, el Premio Planeta sigue con su apuesta por autores de reconocida calidad y prestigio, algo que le dio muy buenos resultados en la pasada entrega al reconocer El mundo, de Juan José Millás, obra que esta semana se ha alzado con el prestigioso Premio Nacional de Narrativa.

Al maragen de esta novela, Fernando Savater ha escrito 45 libros e incontables artículos periodísticos. Traducido a un total de ocho idiomas, este miembro del partido político Unión Progreso y Democracia, colaborador de Ciudadanos de Cataluña e impulsor del Manifiesto por una lengua común, obtuvo el Premio Nacional de Ensayo en 1982, el X premio Anagrama de ensayo, el premio de ensayo 'Mundo', el Premio Francismo Cerecedo de periodismo y fue finalista del Premio Planeta en 1993.

domingo, 12 de octubre de 2008

Los Secretos rememoran 30 años de rock and roll, sangre, sudor y lágrimas


SARA G. ARMAS / Madrid

Amarrado a su guitarra, la mejor acompañante a lo largo de su carrera musical de más de 30 años, y con palpable emoción en su cara. Así se plantó el pequeño de los Urquijo en es escenario de Las Ventas, la noche del viernes, delante de más de 18.000 personas, quienes agotaron las entradas para el ‘encuentro musical de año en Madrid’, hacía ya seis meses.

El escenario de Las Ventas fue testigo de un sinfín de visitas de artistas amigos de Los Secretos. El primero de ellos, fue el showman, El Gran Wyoming, quien los presentó con brevedad, claridad y concisión; “Unos artistas con dos cojones que llevan dos años partiendo el bacalao”.

Pocos segundos despúes del merecido y peculiar reconocimiento, las luces se apagaron y tras unos minutos de silencio, de los que también se contagió el público, en las pantallas que coparon el recinto comenzaron a disparar instantáneas del ex lider del grupo, Enrique Urquijo, de cuya trágica desaparición se cumplen nueve años el mes que viene, al tiempo que los acordes del tema Te he echado de menos ponían sintonía al sentido homenaje.



Los rostros del público no dejaron lugar a dudas. Sus caras de entusiasmo eran fruto de un impecable directo y de una gran delicadeza y acierto a la hora de elegir el repertorio, por el que se deslizaron clásicos como Déjame, Sobre un vidrio mojado y Pero a tu lado

Poco antes de llegar al ecuador del concierto, después de un inicio atronador, como mandan los buenos rockeros, y la bajada de ritmo de la mano de cuatro canciones ecoltadas por un octeto de cuerda, tocó el turno de un nuevo cambio de tercio. Era el momento de dar la bienvenida a los amigos, a lo compañeros de profesión, de idas y venidas.

El primero en subirse al escenario fue el mítico Miguel Ríos, quién volvió a despertar los brincos del público gracias a su personal aportación al tema ‘Ojos de gata’. Hubo más: José María Granados, la joven Conchita, David Summers, Manolo García y Fito, que, con su camiseta de Los Ramones, aceleró el Quiero beber hasta perder el control.

Se dejó sentir la ausencia de Miguel Bosé, por culpa de un leve accidente en los ensayos del día anterior. Pero dos fueron los invitados que protagonizaron los momentos álgidos del concierto: Sabina, comedido y espléndido, en El bulévar de los sueños rotos, y Eva Amaral, quien invadió el coso con ese torbellino de energía que desborda en cuento pisa un escenario o amarra un microfono.

Después de tanta adrenalina, se acercaba el broche final, inmejorable. Los Secretos sorprendieron, ya que el final no fue sólo, o simplemente el gran clásico del rock español Déjame, sino que fue el tema cantado a capella, precedido de otro clásico, esta vez del rock internacional, Layla, la canción que, según cuentan, Eric Clapton dedicó a su gran amor, la esposa del beetle George Harrison.

Este concierto, que Álvaro prometió que sería el primero de otros 30 años de carrera, se publicará en DVD en Navidad, para fieles de la banda y no tan fieles. Para todos aquellos amantes de la buena música, hecha con talento y corazón.